" Amad a Nuestra Señora.
Respetadla y sedle agradecidas..."
( Ven. Madre Úrsula )
Es hora de Pentecostés, hora de Espíritu.
Sé que los apóstoles te circundan, aunque no los vea.
¿No llevas a Jesús? Está en la esperanza:
Pronto nos enviará su Espíritu.
Qué espontánea figura y celestial belleza, a la vez.
Yo te saludo, María. Dios te salve, Madre.
Me basta con el cielo de tu gracia.
Cuelgo mis ojos en ti, Mujer de tanta fe.
Contemplo el oleaje azul de tu vestido,
-azul azul, azul-como el mar de tus bondades,
como el cielo donde habitas.
Vas de camino, peregrina, misionera, ligera de equipaje,
Camino del cielo y de la tierra, con tu mano derecha,
en vuelo, marcando el paso.
Con los pies descalzos, tocando la tierra,
sabiendo de aguas, de arena, de aire.
Ven con nosotros a caminar
Y, con la mano izquierda, aupando el corazón.
¡¡Eres toda corazón!
Tanto amor ha desbordado tus entrañas puras,
y sale el corazón a toda vela.
Danos un corazón grande para amar,
sé la madre de los que tienen un corazón de oro.
la luz del Espíritu da vueltas a tu corazón,
¡Oh llama, siempre viva!
Como el sol llena la aurora, tu corazón llena la Iglesia.
Miro tus ojos, claros, serenos, misericordiosos,
Con la mirada abierta, abierta a todo.
Eres Madre del Verbo, de la Palabra,
Aun en tus labios cerrados, hechos al silencio...
diciéndolo todo. No llevas corona.
¿Para qué? Virgen María, Madre con corazón,
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