A menudo, las personas "oficialmente" creyentes suelen ser las más escépticas a la hora de percibir los pequeños milagros cotidianos. Cuando la fe se profesionaliza es difícil ceder espacios al asombro. No es casual que los más alejados de la práctica religiosa convencional, sean, precisamente, los más sensibles a la hora de descubrir del paso de Dios en su historia.
Para creer en los milagros es preciso dejar a un lado lo que sabemos y, mucho mejor aun, dejar a un lado lo que creemos saber... Basta con ser conscientes de la existencia de una realidad alternativa, más allá de lo que vemos y palpamos. Pero cuidado, nada más alejado del escapismo y de la beatería. Las cosas divinas, no por ser " de otro mundo " están desconectada de nuestro presente. Todo lo contrario...
Es discreto por naturaleza.
Los místicos y orantes lo saben muy bien. La mano invisible que transforma el mundo...
Pero, claro, todo es cuestión de FE. Pero... ¡está tan devaluada esta palabra!
DANZAR EN LA OSCURIDAD con AQUEL que es nuestra MÚSICA y nuestra ALEGRÍA es la mejor definición de FE que he escuchado. Y es real: allí donde hay fe, hay milagros y la consecuencia inmediata es la alegría agradecida. Dios y sus ángeles están jugando a tejer casualidades en lo cotidiano y simple de nuestra historia humana ...¿ PUEDES PERCIBIR SU PRESENCIA SALVADORA ?
Recuerda el viejo precepto... " SABER MIRAR es SABER AMAR "...